RAZONES A FAVOR: Recientemente, la AEMA daba a conocer un informe sobre el cambio climático en Europa. Sus responsables aseguran que a partir de 2070 el proceso será irreversible y confirman la hipótesis oficial de la subida de las temperaturas globales, defendida por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU (IPCC).
Éste, integrado por expertos de más de 100 países, afirma en su último informe que las temperaturas ascenderán entre 1,5 y 2,5 grados. Los resultados, que cuentan con "un alto nivel de certeza" según sus responsables, pronostican que los daños causados por el cambio climático serán mayores y más rápidos de lo que se preveía anteriormente. Por ejemplo, el informe asegura que el 30% de las especies desaparecerá.
Las temperaturas ascenderán entre 1,5 y 2,5 grados, según el IPCC
Los expertos del IPCC aseguran que el cambio climático ya afecta a muchos sistemas naturales, en todos los continentes y en algunos océanos, y tiene también repercusiones visibles en las sociedades humanas, aunque de forma menos acentuada. Por su parte, diversas publicaciones internacionales también avalan la subida de las temperaturas y prevén catastróficas consecuencias, en algunos casos incluso peores a las sugeridas en informes precedentes. Por ejemplo, un estudio publicado en julio en la revista "Nature Geoscience" afirmaba que la posibilidad de lluvias torrenciales en cortos periodos de tiempo por cada grado que suba la temperatura es el doble de lo que se creía hasta el momento.
Aumento de la temperatura en España
En el caso de España, diversos estudios prevén también el aumento de la temperatura, en algunos casos con subidas incluso superiores a las estimaciones medias globales. La Evaluación Preliminar de los Impactos del Cambio Climático en España estima un aumento del 20% en la frecuencia de las anomalías térmicas mensuales, aunque no de forma regular en todo el territorio. El estudio, realizado por más de 400 científicos y coordinado por José Manuel Moreno, catedrático de Ecología de la Universidad de Castilla-La Mancha, predice que los archipiélagos se mantendrán al margen, pero en la Península Ibérica se incrementarán los días con temperaturas máximas extremas, sobre todo en primavera.
En este sentido, teniendo en cuenta los datos de las estaciones meteorológicas en la Península Ibérica y Baleares, la temperatura media ha subido un grado desde 1850, por lo cual si continúa la tendencia a finales de siglo habría subido casi cinco grados.
Un estudio elaborado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) concluye que las temperaturas en la cordillera pirenaica aumentarán 2,8 grados, en un escenario de emisión de gases de efecto invernadero (GEI) medio-bajo, y hasta cuatro grados, en uno de emisión de gases medio-alto. En concreto, los científicos creen que los efectos del cambio climático sobre la temperatura serán más pronunciados al sur de la cordillera pirenaica, en la vertiente española.
Por ello, los glaciares pirenaicos desaparecerán antes de 2050 debido al aumento progresivo de la temperatura, que desde 1890 se ha incrementado en 0,9 grados de media, según otra investigación de científicos de la Universidad de Cantabria, de la Autónoma de Madrid y de Valladolid. El estudio también muestra la desaparición actual de todos los glaciares pequeños y de un 50%-60% de la superficie de los más grandes a causa del derretimiento.
RAZONES EN CONTRA: Diversos investigadores recuerdan que la temperatura global no ha subido desde 2001 y que incluso en algunos lugares ha descendido, a pesar de que las emisiones de CO2 han seguido aumentando. La tendencia al alza de la temperatura media mundial se detuvo a comienzos del siglo, según datos recogidos por el Centro Hadley de Investigación del Clima (Reino Unido), el Organismo Meteorológico de Japón, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, la Universidad de East Anglia (Reino Unido) y la Universidad de Alabama. Por su parte, la Organización Mundial de Meteorología (OMM) informaba hace unos meses de que 2007 ha sido el año más frío de la década, y que el enfriamiento se acelera en 2008.
Antón Uriarte, experto de la Universidad del País Vasco en Paleoclimatología y Cambios Climáticos, ha utilizado datos del Instituto Goddard de la NASA para demostrar que durante el siglo XXI la temperatura media global en invierno ha permanecido estable, mientras que en verano ha subido dos centésimas.
Como datos llamativos, Uriarte expone que la zona del Ártico al norte de Siberia sí ha experimentado un calentamiento en invierno, aunque por otro lado Alaska se ha enfriado. En verano, la temperatura en el Mar de Ross, en la Antártida, ha aumentado, pero sin embargo, en la parte occidental del Mediterráneo se ha detectado una leve tendencia al enfriamiento.
Durante el siglo XXI la temperatura media global en invierno ha permanecido estable, mientras que en verano ha subido dos centésimas
En esta misma línea se posiciona Syun-Ichi, director fundacional del Centro Internacional para la Investigación del Ártico que, utilizando también datos de la NASA, muestra que el incremento de la temperatura en el hemisferio sur ha parado, al igual que en los océanos.
El profesor titular del Laboratorio de Climatología de la Universidad Jaume I de Castellón Enrique Montón recuerda que los observatorios marcan la temperatura de su ambiente puntual. Teniendo en cuenta este aspecto, los observatorios grandes, ubicados en las ciudades más amplias, han quedado englobados dentro de una burbuja humana de aire caliente. Sin embargo, en los observatorios pequeños, limpios de efecto urbano, el aumento de la temperatura se ha detenido.
El CO2 no lo es todo
Syun-Ichi explica que el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU y los científicos que apuntan a un cambio climático catastrófico se basan en la hipótesis de que el aumento de las temperaturas se debe al incremento de las emisiones de GEI en la atmósfera. Sin embargo, este experto subraya que el tiempo y el clima también están controlados por la naturaleza, y por lo tanto, el CO2 no es la única variable.
En la misma línea, el profesor Montón, que lleva 16 años investigando el clima, sostiene que la causa de la detención del ascenso térmico en estos últimos años puede ser el descenso de la actividad solar (el ciclo actual es menos intenso que en los años 80 y 90).
Jorge Olcina, climatólogo de la Universidad de Alicante, además de la explicación solar, señala también, aunque en menor medida, el fenómeno de La Niña que acaba de pasar, y que contribuye a enfriar la atmósfera terrestre.
En definitiva, este grupo de científicos escépticos con la hipótesis oficial del cambio climático reclama más investigaciones que tengan en cuenta todas las posibles variables, y que lejos de posibles intereses, se pueda conocer realmente el efecto de la actividad humana en el clima y en qué medida puede estar cambiando. De esta manera, las posibles decisiones se podrán tomar de manera más objetiva y proporcionada.